No soy yo la que te necesita, son mis entrañas, mis huesos, todo mi cuerpo es el que te necesita, el que todos los días a cada hora te llama, incesante. No soy yo, no es mi nombre, no es mi alma.
Mi alama hace mucho dejó de llamarte, mi corazón yace muerto hace siglos, no puedo ser yo la que te llama aunque quiera, pues no dejaste nada de mi.
Ahora te estoy llamando, antes del final necesito aferrarme a la droga que me das.
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