Y entonces vuelve, a pesar de haber sido abandonado a cientos de kilómetros regresa al nido del cual nunca realmente salió, siempre estuvo allí, tal vez no su cuerpo, pero siempre estuvo. Se aferra con más fuerza al nido que lo vio nacer, porque sabe que esta vez tuvo suerte, sólo fue cuestión de suerte. A la próxima morirá.
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