El nada que es todo

Me gustaría no ser nada, dejar de ser yo y no ser nada, aunque de todas formas seguiría siendo algo, pero cualquier cosa es mejor que ser yo o que ser otro. Bueno, entre yo y otro, prefiero ser yo, con las dificultades que me genera sobretodo el tratar día a día definir qué soy yo, tal vez nunca lo sabré o cuando lo sepa no querré ser yo y querré seré otro.
Al fin y al cabo todo lo nuevo que descubro de mi y de todo lo que me rodea alimentan mis ganas de no ser nada, el pensar en todo me tiene en nada y es la peor sensación que ese todo que en sí no es nada, me ha enseñado.

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Los días se vuelven agobiantes, los sentimientos nos acorralan y sólo las palabras brindan quietud.

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BERADIK. La envidia es sana, nos permite ser consciente de la miseria de persona que somos. Somos el reflejo de otros.

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No es necesario que los demás sepan quién eres, cuando ni tu mismo tienes certeza de aquello. Hasta mi nombre parece ajeno, tal vez soy de otra época, otra vida. No lo sé.