Entonces volvemos al estado inicial, donde los pensamientos son agobian, donde tratamos de buscarle una explicación a algo tan ilógico como el ''existir''.
''¿Por qué estoy acá?'', esa es la gran pregunta que nunca tendrá una respuesta satisfactoria, antes solía pensar que todos tenemos un ''fin'', que somos la pieza que falta para completar el puzle de otro, pero la triste verdad es que todo ello es una mentira. No sabemos lo que somos, porque realmente no somos nada. ¿A quién le importa los demás? a nadie, mientras estemos cómodos con la mierda que nos creamos, los demás se pueden ir al carajo. Cuando exploramos el mundo de otro, cuando surge una ''conexión especial'' con aquél ser, parece que surge una luz en nuestra vida, el verdadero universo se muestra ante nuestros ojos, todo se torna color rosa; pero es una triste jugarreta, pues nadie esta dispuesto a mostrarse, nos inventan alguien falso y luego nos convencen de que son realmente ellos, desilusiona atrozmente, pero ¿quiénes somos para juzgarlos? al fin y al cabo somos su perfecto reflejo.
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